El IRPH (Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios) es uno de los índices que se utilizan para calcular el interés de las hipotecas a tipo variable en España. Sin embargo, este índice ha sido objeto de numerosas reclamaciones por parte de los consumidores, que lo consideran abusivo y poco transparente.
¿Qué es el IRPH y por qué puede ser perjudicial para los hipotecados? ¿Qué opciones tienen los afectados para cambiar su hipoteca a otro índice más favorable? En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre el IRPH y sus alternativas. Por otra parte, si crees que tu banco te ha cobrado de más por haber utilizado IRPH modificado a su favor, puedes ponerte en con JustiCoreX, una plataforma de reclamaciones online que puede ayudarte a obtener una indemnización en casos como este.
¿Qué es el IRPH y cómo se calcula?
El IRPH es el tipo medio al que las entidades financieras conceden sus préstamos hipotecarios de más de tres años. Se calcula a partir delos datos que las propias entidades comunican al Banco de España cada mes. Actualmente, existe un único IRPH, el del conjunto de entidades, que engloba a bancos, cajas y cooperativas de crédito. Antes de 2013, existían también el IRPH de bancos y el IRPH de cajas, que fueron eliminados por una orden ministerial.
El IRPH se suma a un diferencial fijo para obtener el tipo de interés de la hipoteca. Por ejemplo, si el IRPH es del 1,5% y el diferencial es del 0,5%, el interés será del 2%. El IRPH se revisa cada seis o doce meses, según lo que se haya pactado en el contrato, y se aplica al capital pendiente de amortizar.
¿Por qué el IRPH es más caro que el euríbor?
El euríbor es el índice de referencia más utilizado para las hipotecas a tipo variable en España. Se trata del tipo de interés al que los bancos se prestan dinero entre sí en el mercado interbancario. El euríbor se calcula a partir de los datos que aportan las principales entidades financieras de la zona euro. El euríbor se suma también a un diferencial fijo para obtener el tipo de interés de la hipoteca. Por ejemplo, si el euríbor es del -0,5% y el diferencial es del 1%, el interés será del 0,5%.
La principal diferencia entre el IRPH y el euríbor es que el IRPH es mucho más alto y menos volátil que el euríbor. Esto significa que el IRPH no baja tanto como el euríbor cuando los tipos de interés son bajos, pero tampoco sube tanto como el euríbor cuando los tipos de interés son altos. En otras palabras, el IRPH no se adapta a las condiciones del mercado, sino que refleja el precio que las entidades financieras quieren cobrar por sus hipotecas.
Según los datos del Banco de España, el IRPH se ha situado de media unos dos puntos por encima del euríbor desde 2000. Esto supone que una hipoteca referenciada al IRPH puede pagar entre un 1,5% y un 3% más de interés que una hipoteca referenciada al euríbor. Por ejemplo, para una hipoteca de 150.000 euros a 25 años, con un IRPH del 1,5% y un diferencial del 0,5%, la cuota mensual sería de 598 euros y el total de intereses pagados sería de 29.507 euros. Con un euríbor del -0,5% y un diferencial del 1%, la cuota mensual sería de 505 euros y el total de intereses pagados sería de 10.602 euros. La diferencia es de 93 euros al mes y de 18.905 euros en total.
¿Qué dice la justicia sobre el IRPH?
El IRPH ha sido cuestionado judicialmente por miles de consumidores, que lo consideran abusivo y poco transparente. El argumento principal es que el IRPH no refleja el precio real del mercado, sino que está manipulado por las entidades financieras, que pueden influir en su cálculo al comunicar los datos al Banco de España. Además, se alega que las entidades financieras no informaron adecuadamente a los clientes sobre el funcionamiento y las consecuencias del IRPH, ni les ofrecieron alternativas más ventajosas.
La justicia española ha dado respuestas contradictorias sobre el IRPH. Algunos juzgados y audiencias provinciales han declarado la nulidad del IRPH por falta de transparencia y han sustituido el índice por el euríbor o por otro índice legal. Otros, en cambio, han avalado la validez del IRPH y han rechazado las reclamaciones de los consumidores.
Ante esta disparidad de criterios, el Tribunal Supremo se pronunció en 2017 sobre el IRPH y lo consideró válido y transparente. Sin embargo, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictó una sentencia en 2020 que contradice al Tribunal Supremo y abre la puerta a que los afectados puedan reclamar. El TJUE establece que el IRPH está sujeto al control de transparencia y que los jueces españoles deben examinar caso por caso si las entidades financieras informaron correctamente a los clientes sobre el método de cálculo del IRPH, su evolución histórica y su comparación con otros índices. Si los jueces aprecian que hubo falta de transparencia, deben declarar la nulidad del IRPH y sustituirlo por otro índice legal, como el euríbor.
¿Qué opciones tienen los afectados por el IRPH?
Los consumidores que tengan una hipoteca IRPH y que se sientan perjudicados por este índice tienen varias opciones para intentar cambiar su hipoteca a otro índice más favorable. Estas son algunas de ellas:
· Negociar con la entidad financiera: se puede intentar llegar a un acuerdo con el banco para modificar el contrato y cambiar el IRPH por otro índice, como el euríbor. Esta opción puede ser la más rápida y económica, pero también la más difícil, ya que el banco puede negarse a negociar o poner condiciones desfavorables, como aumentar el diferencial o cobrar comisiones.
· Reclamar judicialmente: se puede presentar una demanda contra la entidad financiera para solicitar la nulidad del IRPH por falta de transparencia y su sustitución por otro índice, como el euríbor. Esta opción puede ser la más efectiva y rentable, pero también la más lenta y costosa, ya que implica un proceso judicial que puede durar años y que puede tener un resultado incierto, dependiendo del criterio del juez. Además, se pueden tener que asumir gastos de abogado, procurador y perito.
· Subrogar la hipoteca: se puede cambiar la hipoteca de banco y buscar una oferta más ventajosa, con otro índice, como el euríbor, y un diferencial más bajo. Esta opción puede ser la más sencilla y segura, pero también la más limitada, ya que depende de la oferta y las condiciones que ofrezcan los bancos. Además, se pueden tener que pagar comisiones y gastos de notaría, registro y gestoría.